domingo, 14 de junio de 2009

Cambio

Hola!
Hace ya algunos días que voy dándole vueltas, y he decidido crearme un blog nuevo. En él me presento yo tal y como soy, sin pseudónimos y con mi fotografía. Os preguntaréis por qué no pongo directamente una foto aquí y ya está. Veréis, hace ya semanas que quiero una plantilla de 3 columnas, y ésta es una buena oportunidad para al fin tenerla y no perder los contenidos del blog, y segunda: quiería empezar de cero, empezar bien y directamente.

Editaré esta entrada cuando haya terminado de arreglar la otra página :)
Espero que os paséis por allí. Creo que para mañana puedo tenerla terminada.
Un abrazo muy fuerte a tod@s

EDITO: El otro blog ya está casi listo, así que os paso el link para que vayáis a echar un vistazo ;)
No es nada excepcional, pero es perfecto para mí :)

Mi realidad fantástica

Espero que os guste :D

miércoles, 10 de junio de 2009

La luz invisible (Parte XII y última)

-Supongo que ahora ya puedo contártelo…

-¿El qué?

-Verás, nosotros no interferimos usualmente en el destino de los humanos.

-Con el término “vosotros”, ¿a qué te refieres?

-Como habrás podido adivinar, no soy humano. Soy una luz, aunque vosotros nos llamáis “ángeles”. Sólo puedes verme tú porque mi misión es protegerte, hacerte escoger el buen camino.

-Pero si ya he escogido, ¿de qué tendrás que protegerme ahora?

-De nada más. Como todos los humanos, correrás peligros, pero no tan grandes como éste; y si él vuelve yo me encargaré.

-¿Estarás siempre a mi lado?

-Posiblemente; pero tú ya no me verás.

-¿Por qué?

-Porque ya no es necesario.

-Aun así, siempre sabré que estás ahí.

-No, no lo sabrás. Seré una luz invisible también para ti; no sabrás ni que existo.

-Tengo memoria, ¿sabes?

-Me habrás olvidado.

-Nunca podría olvidarte. Después de lo que ha pasado antes… Me has salvado; y quiero estar contigo.

-Me temo que eso no será posible. Y ese acercamiento nunca tendría que haber sucedido – el chico se mantenía serio.

-¿No significo nada para ti? – Carol tenía lágrimas en los ojos.

-Sólo hice que escogieras el mejor camino. Es a lo que los luz nos enfrentamos casi cada día.

-¡Te odio!

Carol se fue corriendo a su habitación y cerró de un portazo. Esta vez no se arrepintió ni salió a pedirle perdón a Sergio. El chico se quedó unos segundos allí, luchando contra sí mismo.

-Esto no puede ser, es mejor cortarlo de raíz. Nunca podría funcionar – se decía en un susurro; más para convencerse que para que le oyera Carol.

Los minutos pasaron y la chica, sin apenas darse cuenta, se fue durmiendo en la cama, hasta que estuvo completamente inconsciente. Ni siquiera oyó que Sergio entraba en la habitación y que se acercaba a ella.

-Cuídate, pequeña. Siempre estaré aquí aunque tú no lo sepas. Nunca has sido una más; por toda la eternidad serás la única que ha significado algo para mí.

Acto seguido le dio un beso en la frente, y allí se quedó ella, en un sueño profundo, soñando que un ángel la rodeaba con sus brazos y le decía que no tuviera miedo de nada.


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¡La terminé!

Pues hoy he tenido tiempo para acabar la historia y para guardar todos los escritos que había publicado pero que no tenía en el ordenador. Os preguntaréis si tengo cosas que hacer; pues sí, pero me permití medio día de descanso... Dentro de poco volveré a estudiar, que mañana tengo un examen...


¡Por cierto! Tengo pensada la continuación de un relato que publiqué hace un poco aquí en el blog :)

Supongo que lo publicaré el viernes o por ahí ;)


Un abrazo a todos y gracias por estar aquí! :D

viernes, 5 de junio de 2009

La luz invisible (Parte XI)

Vio el miedo de Sergio en sus ojos. Aquello podría acabar de esa forma si no hacía nada. No quería que Marcos la matara; Sergio era el único que se había preocupado por ella, el único que le hacía sentir algo más. Marcos sólo había generado en ella una atracción física, pero ahora todo se había esfumado. ¿Cómo puede atraerte alguien que quiere matarte?
La chica no sabe de donde sacó la valentía para hacer aquello, pero habló.
-No quiero irme contigo - le dijo a Marcos.
-¿Qué dices?
-No te he elegido a ti.
Marcos la volteó y la empujó a la pared; se dio un tremendo golpe en la espalda. Tendría que haber tenido más cuidado y haber tenido en cuenta la fuerza sobrehumana del chico. Pero al fin y al cabo tendría que enfrentarse a él o morir en el intento; no quería estar con él.
-¿Cómo te atreves?
-La verdad es la que es.
En su rostro había mucho más que ira, mucho más que ganas de matar a la frágil humana que tenía delante.
-Déjala - dijo Sergio mirándole directamente a los ojos.
-Esto no va a terminar así.
-Para ti sí. Ya no eres bienvenido aquí.
Marcos fulminó con la mirada a Sergio y Carol, que estaban cogidos de la mano; y acto seguido saltó por la ventana, todavía abierta.
Los dos chicos se miraron, y ella habló.
-¿Qué ha pasado?

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Lamento MUCHÍSIMO haber tardado tanto en poner otra parte de La Luz Invisible, pero con los exámanes estoy bastante ocupada...
Muchas gracias Angi y Arae por los premios! :)
Los colgaré cuando pueda...
Y a todos los que leéis esta historia, gracias por ser pacientes.
Espero que la próxima parte llegue antes...

martes, 26 de mayo de 2009

La luz invisible (Parte X)

-¿Qué haces tú aquí?
-Ella ha elegido.
-No, no lo ha hecho.
-Eres tan insensible que no eres capaz de percibirlo.
-No me iré de aquí por las buenas; y tú lo sabes.
-Todavía tenía la esperanza de que pudiéramos arreglarlo hablando, pero los tuyos son siempre tan bélicos...
Los dos chicos empezaron a luchar. Parecía que ni se dieran cuenta de que Carol estaba allí, o de que alguien podía oirles. La chica se apartó de su camino. No podía hacer nada entre ellos dos, parecían muy fuertes, y lo único que habría conseguido poniéndose de pormedio sería algún golpe...
Era una forma bastante rara de luchar, no como un combate de boxeo ni como nada que hubiera visto antes. O puede que sí que lo hubiera visto: en alguna película. Los dos chicos intentaban darse golpes casi sin moverse de su sitio, pero el otro bloqueaba sus entradas. Poco a poco empezaron a moverse de un lado a otro, aumentando la agresividad, pero hubo un momento en que Marcos desapareció. La chica miró por toda la estancia, pero se había volatilizado.
-Ve con cuidado, puede aparecer en cualquier sitio.
Apenas hubo terminado la frase que Carol notó que alguien le cogía las dos manos con una sola. Gritó. Sergio se giró hacia ella, y con la expresión de terror que había en su rostro lo decía todo. No tenía miedo de la cosa que la estaba cogiendo, tenía miedo de lo que podía pasar.
-Por lo que más quieras, no lo hagas.
-La quiero a ella, ¿te parece poco?
-¿Quererla? ¿A cuántas has querido antes que ella?
-Cada una es importante para mí.
-Para añadirlas a tu colección, cómo no - Sergio hizo una pausa - Ella eligió.
-Yo también.
-No es así como funcionan las cosas.
-Nunca me han gustado las reglas, angelito. Algunas veces tendrías que saltártelas y disfrutar de la vida. Aunque creo que alguna ya te la has pasado por alto; ¿o me equivoco?
-Almenos yo no la obligo a hacer nada.
Carol seguía inmobilizada por Marcos, pero tampoco no sabía qué decir. Le habría gustado pedir una explicación de qué iba todo aquello, pero el miedo la tenía totalmente paralizada.

¿Qué había hecho ella para llegar a aquella situación?

sábado, 23 de mayo de 2009

Premio!

Antes que nada, recordaros que más abajo tenéis la nueva parte de La luz invisible!!

Ahora sí, Angi me ha dado otro premio! Es el premio Blog Vampírico :)


Muchísimas gracias, guapa, por este premio! Con lo que me gustan los vampiros... jiji *.*
Como dijo nuestro querido Edward Cullen: "Do I dazzle you?"
Yo respondería, como Bella: "Frequently" :P

Bueno, a lo que iba, este premio tiene unas reglas:

1. Decir quién te lo ha entregado y dárselo a 3 blogs vampíricos:
- Angi, de La Reina de la Noche :)
- Vampire Midnight
- Para ti, si estás leyendo esta entrada y te gustan los vampiros!! ;)

2. Poner las cosas que más nos gusten:
- Escribir
- Leer
- Los vampiros :P

3. Poner nuestros tres libros favoritos de vampiros:
- Crepúsculo!! (todos)
- Marcada :)
- Medianoche :)


Un abrazo a todos y gracias por visitarme!! :)

La luz invisible (Parte IX)

Los dos habían ya empezado a cerrar los ojos cuando sonó el timbre. Abrieron los ojos de golpe, pero no se movieron ni un centímetro.
-Debe ser Natalia.
-No, no lo es.
Sergio se separó de ella y salió por la ventana de un salto. Al principio no reaccionó, pero el timbre volvió a sonar, y Carol fue a abrir la puerta, abatida porque no había pasado lo que deseaba.
-¿Marcos?
-Me siento halagado de que recuerdes mi nombre, querida.
El chico miró por encima del hombro de Carol y, cuando vio que no había nadie allí, sonrió; parecía satisfecho por algo.
-¿Quieres ir a dar una vuelta?
Carol se extrañó. Demasiada casualidad.
-Es que... tengo que estudiar.
Marcos arrugó la frente sin dejar de mirarla.
-Entonces te observaré; no te molestaré, lo prometo.
-Me distraigo con facilidad cuando hay alguien cerca de mí.
-No haré ruido.
La chica entonces se asustó. En sus ojos había algo que no le gustó nada: una mezcla de enfado, peligrosidad y demasiado determinación por hacer algo.
-Otro día - dijo ella, empezando a cerrar la puerta.
-No.
Marcos sujetó con la mano la puerta, para que Carol no pudiese cerrarla. Supo que sería inútil luchar contra él, y pensó en una vía de escape. La puerta estaba barrada, evidentemente; pero si se quedaba dentro del piso la acabaría cogiendo, y sólo él sabía qué le haría. ¿Por qué los chicos guapos se creían que podían tenerlo todo?
Pero entonces Sergio apareció en su cabeza. Él era diferente, él no había intentado herirla, no la había forzado a nada, y se había preocupado por ella cuando oyó que hablaba precisamente del chico que tenía delante.
Carol luchó con todas sus fuerzas por cerrar la puerta, pero era imposible, Marcos tenía una fuerza sobrenatural.
-¿Qué eres?
-Es mejor acabar con esto rápidamente. Dentro de unas horas lo sabrás, no hace falta hablar ahora. No me gustaría que nos interrumpiesen.
Marcos cerró la puerta detrás de él. Carol había ido dando pasos hacia atrás, pero él se acercaba cada vez más.
-Sergio, te necesito - dijo ella, casi llorando.
Marcos sonrió.
-¿Ese angelito? No podrá hacer nada para ayudarte.
-¿Qué te apuestas? - dijo una voz detrás de la chica.

domingo, 17 de mayo de 2009

La luz invisible (Parte VIII)

Cuando Carol entró en el piso vio que Sergio estaba de pie mirando los pósters que tenían colgados en la pared del comedor. Sonrieron los dos. Era tan... ¡irresistible!
Las dos amigas pusieron la compra en su lugar, y Nat se fue a su habitación. Carol la siguió.
-¿Por qué no te gusta Marcos? - dijo casi con un susurro.
-¿Tienes miedo de que te oiga? - rió, pero contestó su pregunta ya más seria - No sé... Hay algo que me dice que no es de fiar. ¿Te hace tilín? - dijo, casi gritando.
-Shhh!
Carol no tenía miedo de que Marcos la oyera, evidentemente, sino de que lo hiciese Sergio.
-¿Sí o no?
-Un poco...
-Pues no sé, chica. Tal vez me equivoque... Dicen que la intuición femenina no es 100% fiable. Si tienes que quedar con él, que sea en un lugar público y a la luz del día. Almenos las primeras veces.
-Sí, mamá.
Las dos rieron, aunque Natalia había lo había dicho en serio.
-Bueno, yo me voy. ¿Seguro que no quieres venir?
-Anda, vete antes de que te haga algo - le contestó Carol, abriéndole la puerta - ¡Pásatelo bien!
Natalia se fue, y Carol volvió a entrar en el piso y cerró la puerta. Sergio la miraba, y había temor en sus ojos.
-¿Qué pasa?
-¿A quién has conocido?
La chica se sonrojó al instante.
-¿No decías que teníamos intimidad?
-Te oí.
-Pues todavía peor.
-Puede ser importante.
-Para mí.
-Sólo intento protegerte.
-Sé cuidar de mí misma, gracias.
Carol pasó por su lado y se fue a su habitación, donde se encerró de un portazo.
Se arrepintió de inmediato, y volvió a salir. Encontró a Sergio en el mismo lugar de antes.
-Lo siento, Sergio. Es solo que... no estoy acostumbrada a esto. Todo el día vigilada por alguien, que sólo yo puedo ver, y...
-¿Y, qué?
Carol se pensó un rato lo que diría.
-Y que es un chico, que eres precisamente tú.
-¿Hay algún problema con que sea precisamente yo? - arqueó una ceja.
-No, no. Pero... yo...
Carol empezó a temblar, se le puso la carne de gallina y volvió a enrojecerse. Sergio continuaba mirándola, esperando una respuesta. Era tan mono...
-Pues que... eres... guapo.
Sergio rió, con esa magnífica sonrisa.
-Y yo nunca me habría imaginando protegiéndote precisamente a ti. Tímida, de baja autoestima, pero irresistiblemente deseosa de afecto.
Carol quedó petrificada, pero Sergio se acercó un paso hacia ella.
-¿Todo eso sabes sobre mí?
-Y muchas cosas más. Te pondría los pelos de punta.
Sergio cogió un mechón del pelo de ella y se lo puso detrás de la oreja, y, cogiéndole el rostro, fue acercándose más y más a ella.

sábado, 16 de mayo de 2009

La luz invisible (Parte VII)

Cuando ya hubieron pagado, salieron al párking. Natalia estaba repasando el ticket de la compra mientras Carol empujaba el carro hasta el coche. Fue por ese motivo que fue sólo ella quien vio a Marcos que pasaba por delante de ellas en un lujoso coche negro; y él le sonrió. Había picardía en sus ojos, algo que le gustó a Carol, pero que también la confundió.
-Parece que está bien. Aquella vez que nos estafaron me hizo mucha rabia - dijo Nat, levantando la mirada hacia su compañera.
-Que se les pasara una vez no quiere decir que lo vayan a hacer siempre.
-Prefiero asegurarme.
Las dos amigas cargaron toda la compra en el enorme maletero del coche de Nat, y Carol fue a dejar el carro otra vez en su sitio. Cuando subió al coche, éste ya estaba encendido.
-¿Estás segura de que no quieres ir a la playa hoy?
-Yo sobro entre Miguel y tú.
-Pero podríamos pasárnoslo bien.
-No insistas, porque no cambiaré de opinión.
-Bueno... ¿Y esta noche no saldrás de fiesta?
-Te recuerdo que tengo que estudiar. Algunos tenemos exámenes la semana que viene. No como tú, que los tienes dentro de...
-Un mes.
-Pues eso. Hoy aprovecharé para estudiar, que no me ditraerás.
-Tampoco soy tan pesada, ¿no?
-Hmmm...
Nat le sacó la lengua sin quitar los ojos de la carretera, y ambas rieron.

Cuando llegaron a su destino, aparcaron al lado de el ya archiconocido (por parte de Carol) coche de Marcos. Como sabía que Nat lo aborrecía no le dijo nada, y ambas empezaron a hacer viajes del coche al piso. Carol se sintió observada mientras se dirigía al ascensor, y miró arriba. Marcos vivía en el piso superior de donde estaban ellas; y, definitivamente la estaba observando. Esta vez no sonrió, sino que parecía concentrado en algo que no le gustaba, ajeno a la chica pero a la vez que tenía que ver con ella. Carol siguió sin decir nada a Nat, y entró en el ascensor.

miércoles, 13 de mayo de 2009

La luz invisible (Parte VI)

-Necesitamos agua, ¿verdad? - dijo Carol.
-Hemos comprado demasiadas cosas. No sé si vamos a caber en el coche, y tendremos que hacer mil viajes...
-¿Queréis que os ayude, chicas? - dijo una voz masculina a sus espaldas.

Las dos se giraron para ver quien les había hablado. Era un chico alto y con el pelo completamente negro. Su cuerpo era delgado, pero no esquelético, y sus ojos eran marrones.
-¿Disculpa? - dijo Nat.
El chico sonrió. Era diferente que la de Sergio, este chico parecía más "malo", no tan angelical.

-No he podido evitar escuchar que decíais que teníais demasiada carga. Si queréis puedo ayudaros; vivo en vuestro bloque de pisos.
-¿Ah, sí? - Nat desconfió.
-Vine nuevo este curso, es posible que no me hayáis visto.
-Nosotras también somos nuevas - esta vez habló Carol.
Hubo un silencio. Natalia todavía miraba al chico con mala cara, pero a Carol le pareció muy simpático.
-¿Os ayudo? Yo he comprado poca cosa.
Y era verdad, sólo llevaba dos botes de tomate frito, pan y jamón.
-Nos las apañaremos, gracias - dijo finalmente Nat.
Él no cambió la expresión de serenidad de su rostro.
-Bueno, como queráis. Ya nos iremos viendo por allí. Ah, por cierto, me llamo Marcos.
Las dos chicas lo miraron mientras se alejaba. Carol con una media sonrisa, Natalia con el ceño fruncido.
-¿Por qué has dejado que se marchara? - le preguntó cuando ya no podía oírlas.
-Me ha dado mala espina. Y tú cogerías el coche para hacer esa ínfima compra?
-Quizás lo necesitaba.
-¿Para comer porque no tenía nada más? Habría comprado algo más si no tuviera comida.
Carol suspiró, y ambas se dirigieron con el carro a la caja más cercana para pagar.

martes, 12 de mayo de 2009

La luz invisible (Parte V)

-¿No vienes con nosotras?
-No me estaré pegado a ti todo el día, tranquila.
Carol no se tranquilizó, sino al contrario.
-¿Y si me sucede algo cuando tú no estás?
Sergio sonrió. Era irresistible.
-No puedo estar siempre detrás de ti. Necesitamos un poco de intimidad, también.
-¿Carol, me oyes?
-Anda, ve - le dijo Sergio.
-Sí, voy - le contestó la chica a su compañera de piso.
Las dos salieron del piso sin decir nada. Definitivamente, Natalia todavía estaba enfadada.
-¿Nat? - dijo tímidamente para romper el silencio.
-¿Acabas de ver un fantasma? - dijo, mientras subía a su coche.
Carol se sentó en el asiento del copiloto.
-De veras que creí que allí había alguien. Lo veía tan... nítido.
Natalia la miró. Parecía triste.
-No me gusta pelearme contigo, pero es que me he llevado un susto de muerte. Me imaginé que allí encontraría a alguien con no buenas intenciones. Lamento haberme enfurecido tanto.
-Y yo lamento haberte asustado.
Las dos amigas se abrazaron fuertemente. Carol se alegró de que al fin Nat no estuviese enfadada, aunque había tenido que mentirle; pero no habría creído la verdad, lo sabía muy bien.
Así pues, y como si no hubiese pasado nada, Natalia encendió el motor del coche y se dirigieron al supermercado, que estaba a pocos minutos de allí. Las dos hablaban tan alegremente de cosas insignificantes, que no se dieron cuenta de que un coche negro que había abandonado el párking de delante de su bloque de pisos iba a pocos metros detrás de ellas.

domingo, 10 de mayo de 2009

La luz invisible (Parte IV)

-Bien, pues, como ya he dicho antes, nuestros destinos están escritos. Aunque las cosas sean así, a veces las circunstancias cambian, lo que hace que el destino también cambie. ¿Me sigues?
-¿El destino puede cambiar aunque esté escrito? - dijo Carol, arrugando la frente.
-Exactamente. No es algo 100% seguro, aunque los griegos dijeran lo contrario.
-¿Y qué dice mi destino?
-Que llegará un momento en que tendrás que escoger entre el bien o el mal.
-Y tú estás aquí porque...
-Es mi misión protegerte antes de que eso ocurra.
-¿Protegerme de qué?
-De los peligros que están ahí fuera - dijo Sergio, señalando la ventana con la cabeza.
-¿Qué peligros hay?
-Si te lo dijera, no saldrías de casa en tu vida del miedo que tendrías - y sonrió.
-¿Y no puedes contarme nada más?
-No puedo influir en tus decisiones.
Estuvieron un rato en silencio. Estaba tan pensativa que la voz de Natalia la asustó.
-Es hora de ir al súper.
Carol supo que todavía estaba enfadada por cómo lo había dicho.
-No gastes mucho - dijo Sergio con una sonrisa.

sábado, 9 de mayo de 2009

Premio 100% twilighter :)


Angi me ha dado otro premio! Si todavía no conocéis su blog, pasaros por allí, escribe de maravilla ;)
Muchas gracias por hacer que mi blog sea cada vez más especial para mí y más indispensable :)

Las normas de este premio son:
Elegir 7 blogs o sitios de internet que por su calidad, su afinidad o por cualquier razón hayan conseguido establecer un vínculo que desees reforzar y premiar; y debes enlazarlos en el post escrito.Escribir un post mostrando el premio, citar el nombre de blog o Web que te lo regala y notificar a los elegidos con un comentario.Opcional: Exhibir el premio en tu blog.

Y mis blogs premiados son:
1. Proyecto de escritora. Nunca me canso de leer sus entradas, porque son súper interesantes.
2. Escritos y proyectos. Es de la misma administradora que Proyecto de escritora. La única historia que conozco de ella está guay! Pasaros y lo comprobaréis por vosotros mismos ;)
3. Juvenil Romántica. Su blog es genial, siempre voy a visitarlo para descubrir nuevas lecturas :)
4. El blog de Sidel. Me encantan sus textos. Pasaros, no os defraudará ;)
5. Crisálida Literaria. Su diseño es genial (tanto en azul como en rojo) y su contenido no es para nada menos importante.
6. Mi mundo como escritora. Entradas interesantísimas para todos los amantes de la escritura.
7. EscrituraLandia. También publica entradas interesantes por lo que hace a escritura.

Muchas felicidades a todos los premiados! :)
Y muchas gracias a todos los que estáis ahí para leer mis textos :D

Es posible que hoy mismo publique la continuación de La luz invisible :)
Lamento publicar tan pausadamente, pero tengo muchísimas cosas entre manos.


Un beso a todos *


lunes, 4 de mayo de 2009

La luz invisible (Parte III)

-Sé más de ti que tú misma - y le dedicó esa irresistible sonrisa.
Carol arqueó una ceja y cruzó los brazos.
-¿Ah, sí? ¿Soy famosa en un mundo paralelo o qué?
-En un mundo paralelo no, pero sí en uno superior.
La chica se rió y se levantó de la cama para sentarse en la silla de la mesa de estudio, donde estaría cara a cara con Sergio.
-Esto promete ser divertido - dijo ella.
El chico cambió la expresión de su rostro, que de repente era de completa seriedad.
-Puede ser muchas cosas, pero te aseguro que divertido no figura en esa lista.
Ella suspiró.
-Suéltalo ya.
Él dudó unos instantes; parecía que se estaba pensando qué tenía que decirle. Al fin habló.
-El destino de todos nosotros está escrito desde el momento en que nacemos.
-No creo en el destino.
-Pues es mejor que empieces a hacerlo, porque esto es en serio.
Carol puso los ojos en blanco, pero esta vez no replicó; así que el chico continuó.
-Tú llegarás a ser una persona con un gran poder. Depende de ti y de tus acciones estar en un bando o en el otro.
-¿Qué bandos?
-El bien o el mal.
Empezó a reír, incrédula de lo que le decía Sergio. Él, en cambio, achicó los ojos, con una expresión más dura.
-No voy a repetirte otra vez que no seas tan expresiva, porque tu compañera está a pocos metros.
Carol calló.
-Pensé que podría razonar contigo, pero ya veo que es imposible. Si no paras de hacer el idiota de una vez, dejaré que pase lo que tenga que pasar; y no, no me arrepentiré.
-Lo siento - dijo ella, un tanto avergonzada y con las mejillas enrojecidas.
Sergio no contestó, pero suavizó un poco su expresión. Como no tenía intención de volver a hablar, fue Carol quien lo hizo.
-Continúa, por favor; no interrumpiré más.

martes, 28 de abril de 2009

La luz invisible (Parte II)

-¿Cómo que sólo puedo verte yo?
-Pues lo que oyes, principesa.
Carol intentó ver cómo era el chico, y que parecía que se reía de ella; pero no había suficiente luz, así que subió la persiana de la habitación.
Cuando se giró para mirarle otra vez no estaba. Miró por el resto de la habitación, y cuando volvió a dirigir la mirada a la cama vio que seguía allí.
-¿Cómo has hecho eso?
-Si te sientas y te tranquilizas te lo contaré, querida.
Sí, el chico era encantador, además de guapo. Parecía alto, tenía el pelo rubio, los ojos grises, y una sonrisa que derretiría a cualquiera; y estaba tumbado en la cama de Carol.
Ella hizo lo que le decía, y él se reincorporó.
-Por cierto, cuando te dirijas a mí no hables muy alto, sino tu amiga creerá que estás perdiendo la chaveta.
El chico señaló con un dedo la pared que comunicaba las dos habitaciones; y entonces continuó hablando.
-Bien, me llamo Sergio. Y, aunque no te lo creas, soy tu ángel de la guarda.
-¿Un ángel?
-No, tu angel.
Carol arqueó una ceja y se levantó de la cama.
-Y ¿dónde están tus alas?
-Lamento decirte que lo de las alas es un mito, como lo de volar, y otras cosas que se hayan dicho en cuentos de hadas. Y sólo soy visible para ti, como has podido comprobar.
-Pero no entiendo por qué sólo puedo verte yo.
-Porque es mi misión protegerte.
-¿De qué? Pero si soy una persona súper normal.
-No te valoras lo suficiente, pequeña. Eres más importante de lo que crees.
-¿Qué sabes?

lunes, 27 de abril de 2009

Concursos y agradecimiento

http://letrasyescenas.blogspot.com/

En este blog encontraréis algunos concursos que seguro que os gustarán.
Pasaros y participad, porque los premios son para no pensárselo 2 veces :)

También me gustaría agradeceros que hayáis estado a mi lado "virtualmente" y que hayais esperado pacientemente hasta que estuviera lista para publicar una nueva entrada en el blog.
Todo es demasiado reciente hoy (esta mañana se acabó), pero espero mañana estar más despejada después de haber dormido más horas; y será mañana cuando espero colgar la segunda parte del relato largo que había empezado la semana pasada.

Muchas gracias a todos!

sábado, 25 de abril de 2009

Paréntesis: Silencio

Lamento muchísimo haber estado ausente esta semana, pero tengo problemas familiares... y no estoy como para dar trotes... Continuaré la historia tan pronto como me sea posible (la primera parte la escribí espontáneamente y no he escrito el resto).
Esta pasada noche, antes de dormirme, escribí lo que viene a continuación. Está dedicado a mi abuelo, que está pasando por un cáncer terminal; no creemos que pase muchas horas más en "vida"...
Bueno, aquí lo tenéis.
Un coche lleno de personas y vacío de voces: un coche en silencio.
Quinientos metros a pie con tres personas: un recorrido en silencio.
Subir ocho plantas en un ascensor con diez personas: un ascensor en silencio.
Todos esos largos minutos en silencio, pero con mil pensamientos en mi cabeza. Pienso en todos los momentos que hemos pasado juntos, como cuando me llevabas al parque después del cole, cuando me llevabas adonde hiciera falta cuando papá y mamá estaban trabajando, cuando jugábamos a cualquier cosa, o cuando me enseñaste a jugar a cartas.
Me cuesta demasiado creer cómo han cambiado las cosas en una semana. Cuando te he visto no podía creer que eras tú. Dormías, porque los médicos así lo querían, para que no sufrieras más, y te habían llenado de fármacos. Eso fue después de pedir por mí. Le dijiste a la abuela: "Hoy vendrá Cristina, ¿verdad?". Cuando ella me lo dijo tuve que esforzarme mucho para no llorar, y, de hecho, ahora que estoy sola no puedo reprimirme.
Entonces te veía allí, durmiendo, con dificultades para respirar, y sin parar de moverte. Te acariciaba la mano, por si acaso era la última vez que te tocaba.
No quiero que te vayas, aunque creo que ya es demasiado tarde para pedir un milagro. Pero lo que más me duele es no haber satisfacido dos de tus últimos deseos: que tu nieta te llevara a dar una vuelta con su coche nuevo; y verla por última vez. Siento haber tardado tanto, porque ahora ya es demasiado tarde.


*Edito para deciros que finalmente ha pasado lo inevitable. Un beso a todos y gracias.

martes, 21 de abril de 2009

La luz invisible (Parte I)

El sol que había iluminado el pueblo durante toda la mañana se fue apagando, tapado por unas oscuras nubes que amenazaban con llevar una fuerte tormenta. Carol no hacía más que estar tumbada en el sofá y observar cómo evolucionaba el asunto. Pronto se oscureció todo aún más, y empezó a llover. Hacía varios minutos que no se movía, pero la espalda empezó a dolerle -lo que tienen esos sofás viejos de los pisos de alquiler-, y se levantó para ir a la habitación a por su almohada. Pero tumbado en su cama había alguien. Gritó. La figura se sobresaltó y se incorporó. Parecía ser un chico bastante joven; aunque no podía saberlo del todo debido a la oscuridad del lugar. Se fue corriendo hacia el comedor.
-¿Qué te pasa? - dijo la única compañera que estaba en el piso en esos momentos.
-Hay alguien en mi cama.
-¿Una noche loca y no te acuerdas?
-No es broma, Natalia.
Su compañera vio que no estaba bromeando, y cambió la expresión; ahora estaba atemorizada.
-¿Hola? - gritó hacia la habitación.
Pero nadie contestó. Las dos muchachas se miraron.
-¿Qué hacemos? - preguntó Carol.
-No lo sé... - hizo una pausa, parecía que estaba pensando - Pero... Oye, ni tú ni yo hemos salido del piso hoy, y tú esta mañana te has levantado como siempre y nadie ha entrado en el piso en todo este rato. ¿Estás segura de que hay alguien?
-¡Yo lo he visto!
-A ver...
Natalia se dirigió decidida hasta la habitación de su amiga, y volvió al poco rato. Estaba enfadada.
-¿Te parece gracioso gastarme estas bromas? Porque a mí no, la verdad.
-¿No hay nadie? - Carol no entendía nada.
Natalia no contestó, se fue a su habitación, y cerró de un portazo. Carol fue con cautela hacia la suya, pero no pudo evitar asustarse cuando volvió a ver al chico sentado en su cama; aunque esta vez no gritó. Ella se volteó para volver a llamar a Natalia, pero una voz masculina y demasiado seductora provino de su cama.
-No te molestes en volver a intentarlo. Sólo puedes verme tú.

lunes, 20 de abril de 2009

La no tan desconocida

Pues os traigo lo prometodo: más sobre mí.

Mi nombre real es Cristina, tengo 18 años (aunque el mes que viene cumpliré 19), y estoy estudiando primero de Periodismo en Barcelona.
Mi sueño es publicar alguna novela, porque, como ya sabéis, me encanta escribir. Leer también es mi pasión, sobretodo historias fantásticas y románticas. Pero el cine no me desagrada para nada, y mis películas preferidas son Orgullo y prejuicio (con Keira), Más falsas apariencias, Harry Potter, Crepúsculo...
Mi asignatura favorita es Historia, aunque no se me da tan bien como los idiomas.

No tengo espíritu de liderazgo, sino que prefiero trabajar en grupo; pero cuando no estoy de acuerdo con algo, no tengo problema en decirlo. Soy una chica tranquila (menos cuando salgo de fiesta), con mucha imaginación desde pequeña, y soñadora. Muchas veces me quedo observando un paisaje virgen o cierro los ojos y me imagino uno, y me veo allí, teniendo otra vida.

Aquí lo tenéis, un poco de información más personal de la desconocida Anne.

Gracias por pasaros por mi blog :)

sábado, 18 de abril de 2009

Ara

Aquí está el poema Ahora en catalán, que, como ya sabéis, es el original.

Mai no he set una noia impulsiva;
he deixat de fer moltes coses per pensar,
per pensar massa en els altres
i no pensar prou en mi.

Mai no m'he vist amb claredat,
la meva imatge és borrosa als meus ulls,
mai no m'he acabat de valorar,
però això s'ha d'acabar.

Vull veure el meu reflex en un mirall,
somriure, i dir a tothom que he canviat.
Vull que la gent em vegi tal com sóc,
i treure el vel que em tapa el rostre.

Vull expressar les meves opinions,
que els altres m'escoltin i m'apreciin.
Vull actuar segons els meus criteris
i descobrir quin paper tinc en aquesta vida.

No vull que ningú més jugui les meves cartes,
a partir d'ara em toca a mi decidir on vaig;
no esperaré que em trobi una nova vida,
ja la buscaré jo.

S'ha acabat pensar què hauria pogut ser,
s'ha acabat arrepentir-se d'allò que va passar;
no serveix de res mirar el passat;
ara toca mirar endavant i viure.

No deixis que ningú t'utilitzi,
no deixis que ningú dicti la teva vida,
no tinguis por, aquesta és la teva vida i tu hi actues,
proclama-ho als quatre vents.

Crida i fes-los callar,
ara et toca a tu destacar;
busca la teva vida i presenta't,
perquè tu n'ets el protagonista.



Lo he colgado porque Elena me lo pidió, y para que quien quiera pueda leerlo también. Elena también me dijo que no sabéis nada de mí porque tengo una máscara. La verdad es que vosotros (los que leéis mis historias) sois algunas de las personas que me conocen más; porque, aunque no haya mi rostro ilustrando esta página, sí está todo lo que pienso, lo que siento; y algunas veces son mejor mil palabras que una imagen. Además, creo que os resultaría bastante aburrido el relato de mi monótona vida... jeje

Muchas gracias a todos por vuestros comentarios :)

lunes, 13 de abril de 2009

Ahora

Nunca he sido impulsiva;
siempre he pensado demasiado,
sólo en los demás,
y no lo suficiente en mí.

Nunca me he fijado en mi reflejo,
sólo veo algo borroso en el espejo.
No me he valorado lo suficiente;
debo poner fin a todo esto.

Quiero ver mi rostro en un espejo,
sonreír, y decir a todos que he cambiado.
Quiero que todos vean quién soy,
y quitar el velo que cubre mi rostro.

Quiero decir lo que pienso,
que me escuchen y me aprecien.
Quiero hacer lo que yo quiera hacer
y saber por qué estoy aquí.

No quiero que nadie decida por mí,
ahora decido yo adónde voy;
no esperaré que llegue una nueva vida,
yo la buscaré.

Se acabó pensar en lo que pudo haber sido,
se acabó arrepentirse de lo que pasó;
de nada sirve mirar atrás;
ahora sólo importa vivir cada segundo.

No permitas que te utilicen,
no permitas que te digan qué hacer,
ésta es tu vida y tú actúas en ella;
no tengas miedo y házselo saber.

Grita y enmudéceles,
ahora te toca a ti destacar.
Busca tu vida y dile quién eres:
su protagonista.



Escribí este texto en septiembre del año pasado en catalán. Hoy lo encontré y decidí hacer una versión en castellano. A ver qué os parece; se aceptan críticas ;)
(personalmente, me gusta más la versión en catalán... jeje)

miércoles, 8 de abril de 2009

Estúpida timidez

Le vi; acababa de entrar en el local. Examiné su aspecto; había algunos detalles que habían cambiado: su pelo era más rizado todavía, porque le había crecido, y su estilo de vestir había cambiado mínimamente. No me sorprendió notar como mi corazón se había acelerado en aquellos pocos segundos; aunque hacía bastantes meses que no le había visto ni había hablado con él, supe que nunca había dejado de quererle.
Desvié la mirada para que no viera que le estaba mirando; qué vergüenza si se enteraba, no soportaría tener que pasar por lo mismo que pasé aquellos tres años. Noté como mis mejillas enrojecían, y me maldije por tener esa sensación cuando le veía.
Sin poder evitarlo, le seguí con la mirada, y vi que iba a la barra a pedir algo para beber. Yo seguí bailando con mis amigas; si me miraba quería que se enterara que estaba perfectamente y que no tenía nada que ver quien era ahora con quien era antes. Cuando hubo pedido se giró, y supe que me había visto; yo le miraba de reojo. Vi que hablaba con su amigo y que los dos se giraban para mirarnos a mis amigas y a mí, y empezaron a acercarse a nosotras. Al principio pensaba que sólo pasarían por nuestro lado para que yo le viese; pero cual fue mi sorpresa cuando se pararon en nuestro grupo. Su amigo nos saludó y nos dio dos besos a cada una. Él le siguió, y cuando llegó a mí me miró a los ojos, y, con una sonrisa y una mano en mi cintura también me dio dos besos. Seguidamente empezó a hablar conmigo, todavía con una mano reposando en mi cintura. Todo lo de mi alrededor desapareció, y la música pasó a ser un ruido; sólo estábamos él y yo.
Pero todo lo bueno se acaba, y tuvimos que despedirnos. Un poco más tarde encontré sus ojos en línea recta: estaba sentado y me miraba.
Siempre he sido muy tímida y no fui capaz de ir a decirle nada más, como que me tenía loca, que soñaba con sus abrazos y con sus besos; y que le amaba. Así que a los pocos minutos se fue, y yo perdí otra oportunidad de decirle lo que siento.

Lo único que sé es que no puedo contar las oportunidades que he perdido ya por mi estúpida timidez...

PD_en la foto: Demi Lovato en su videoclip Don't forget

martes, 7 de abril de 2009

El Premio Conmemorativo de Juliet's Butterfly y El Premio Crisálida Literaria! :)

'Let your imagination open its wings'




Pues sí! Sólo por participar en su concurso ya nos dio dos premios :)

Me gustaría felicitar a las candidatas a ganar el concurso, sus textos son geniales ;)

Os invito a pasaros por la web de Crisálida Literaia, os encantará :)








El segundo premio tiene unas reglas:
-Publicar una entrada
-Escribir 3 deseos en ella
-Dar el premio a 5 blogs más
-SONREÍR
-Y poner la frase:
«Let your imagination open its wings»
«Deja a tu imaginación abrir sus alas»

Mis 3 deseos son:
-Llegar a publicar una novela algún día...

-Contar siempre con la amistad de mis queridísimas amigas...

-SER FELIZ

Y mis premiados son:
1. La Reina de la Noche. Como siempre... Puede que me haga pesada pero es que no pasa una entrada que no lea de su blog :)

2. Mi mundo como escritora. Porque sus entradas son muy interesantes :)

3. Proyecto de escritora. Tiene un blog muy bien diseñado y con unas entradas muy interesantes también ;)

4. Escritos de un adolescente. Me encantan sus escritos; no hay más secreto :)

5. El bosque de Sidel. Me encanta su blog, y la variedad temática de éste le da espontaneidad :)


Un abrazo!!

domingo, 5 de abril de 2009

Sin importar lo que somos (Parte IV y última)

Abrí la puerta de lo que parecía un armario bastante antiguo; como todo, en realidad. Me quedé asombrada al ver que estaba lleno; había cantidad de vestidos, todos de colores morados, negros, grises y rojos, y alguno que tenía pedacitos de verde. Encima de la cama había un camisón blanco. Todavía era muy temprano para ir a dormir, y me acordé que no había comido nada desde que me había levantado, antes de ducharme. Salí de la habitación y bajé las escaleras. Supuse que la cocina estaría por allí. Entonces me acordé de que convivía con vampiros, y que muy probablemente no encontraría nada para comer; pero decidí intentarlo. Encontré lo que parecía ser la cocina; había una nevera, muebles y una vitrocerámica. Abrí la nevera; y había de todo.

-Es verdad, no te he preguntado si tenías hambre. Discúlpame.

Me giré, asustada. No esperaba encontrarme a nadie. Era Erik, que estaba sentado en una silla.

-No te había visto.

-Acabo de entrar.

-No te he oído.

-Soy sigiloso.

Aunque el sol empezaba ya a esconderse tras las montañas, todavía iluminaba la estancia. Erik tenía esa sonrisa perfecta dibujada en los labios, la que no podía resistir. Tuve que dejar de mirarle para no cometer ninguna locura.

-¿Quieres que cocine algo? – me dijo.

-Sé cocinar, gracias.

No iba a dejarle pasar lo que me había hecho. No me gustaba que primero me engatusaran y después me ignoraran.

-Raquel, lamento cómo me he comportado.

-Uy, si no sé de qué me estás hablando – dije, mientras cogía un bistec y cerraba la puerta del frigorífico.

Cogió mi brazo suavemente, pero con la suficiente firmeza como para que le mirara.

-Por favor, compréndeme. Esto no es fácil para mí.

-¿Y para mí sí? Y para cocinar tampoco lo tengo fácil, ahora.

Me soltó, pero se quedó en el mismo lugar donde estaba. Yo empecé a preparar mi carne. Lo único que se oía era la sartén. No pude soportar más el silencio, y le dije lo que me había rondado por la cabeza durante esas últimas horas.

-Es que no entiendo cómo cambias de humor tan repentinamente. Cuando estábamos parados en el coche te sentía cercano, y en un segundo has cambiado y has estado distante desde entonces. ¿Por qué?

Me miró con tristeza; por un momento pensé que iba a llorar, pero en vez de eso, me hizo otra pregunta.

-¿Qué tengo yo? Yo no soy nada, sólo un simple vampiro. Y tú eres la reina de nuestro clan, la más grande de las vampiresas.

-Primero, no eres sólo un vampiro; me has salvado de ir a un clan al que no pertenezco en realidad. Segundo, no soy ni siquiera vampiresa. Y tercero, tienes todo tu ser, te tienes a ti, y no eres ni serás nunca inferior a mí. Aunque haya una ley que diga que yo tomo las decisiones, las tomaré gracias a todos los del clan, y a vuestro lado, nunca delante de vosotros. No sois mis súbditos, sois mis compañeros.

Quité el bistec de la sartén y lo puse en un plato que había por allí cerca. Erik me cogió las dos manos y le miré.

-Olvida lo que somos, lo que está por venir, y céntrate en lo que sentimos – le dije, casi suplicando.

-Hacía muchos años que esperaba alguien por el que mereciera la pena seguir, y encontré ese alguien en ti. Pero no puedes cambiar que seas superior a mí.

-No…

Pero no pude acabar la frase, porque me estaba besando. Al principio no sabía qué hacer de la sorpresa que me había llevado, pero después se lo correspondí. Fue entonces cuando supe que nada más importaba y que allí sólo estábamos él y yo, que no importaba que otro clan de vampiros me estuviera buscando para transformarme o que dentro de un tiempo –quién sabía si al cabo de semanas, meses o años– tendría que aceptar el papel de reina vampiresa. Aquel momento era únicamente nuestro, y nada podía estropearlo.



jueves, 2 de abril de 2009

Sin importar lo que somos (Parte III)

Me sorprendió bastante esa bienvenida, sobretodo después del trato que había recibido por parte de Erik durante esa última hora.
-Gracias; yo soy…
-Oh, ya sé quién es, señorita. Y debo decir que es un placer…
-¿Y si entramos? – dijo Erik.
-Deberías aprender un poco de los modales de Aarón – le dije en casi un susurro, mientras el chico se retiraba del paso y nos dejaba entrar.
Erik no dijo nada y se limitó a entrar. Me mordí el labio y le seguí.
-Ven, siéntate en el sofá – me dijo Aarón, mientras él se sentaba en una butaca.
Me senté. Erik estaba en otra butaca de la sala. Parecía concentrado en algo.
-Raquel – me llamó Aarón.
Dejé de mirar a Erik y dirigí la mirada al otro chico.
-Supongo que Erik no te ha contado nada, ¿verdad?
Negué con la cabeza y le miré otra vez, pero continuaba perdido en sus pensamientos.
-Verás, no tuviste ningún accidente, y no recuerdas lo que pasó la semana pasada porque te borraron la memoria.
-¿Qué?
-Los que tú conoces como tus padres en realidad no lo son.
Esta vez no dije nada.
-Son miembros de un clan de vampiros – dijo Erik.
Al fin se había dignado a hablarme. Pero espera…
-¿Vampiros?
-Sí, y ese tatuaje que tienes no te lo hiciste tú, te lo hicieron ellos – continuó hablando.
-¿Por qué?
-Cuando alguien empieza a convertirse en un vampiro le sale una marca en la piel como un tatuaje. Los mortales nos copiaron.
-Pero si dices que la marca sale, ¿por qué dijiste que me lo hicieron ellos?
-Porque ellos te transformaron. Bueno, más bien aceleraron tu transformación. Sabían que te íbamos buscando y que estábamos cerca.
Erik se había levantado y se sentó a mi lado.
-P…
-Querían convertirte en un vampiro de su clan lo antes posible para que no conocieras tu verdadera historia – me interrumpió –. Tus verdaderos padres pertenecieron a nuestro clan. Tus padres de verdad.
-¿Y qué pasó con ellos?
El chico suspiró y miró al suelo.
-Los mataron, ¿verdad?
Asintió.
-¿Y eran vampiros?
-Cuando te tuvieron a ti ambos se estaban transformando. Los vampiros no pueden tener descendencia. Porque en la transformación primero cambia el aspecto, y después el interior; todo se congela.
-¿Y cuándo voy a congelarme?
-No es un tiempo exacto; cada individuo es diferente. Empiezan a transformarse antes o después, depende. Pero es raro que el cuerpo empiece a hacerlo antes de los 20 años. Hay casos de transformaciones a los 30.
-¿Y la mariposa?
-Un símbolo de cada vampiro. Definen su personalidad. El tuyo significa gracia y belleza.
-Pero, ¿por qué quisieron acelerar mi transformación? No entiendo la prisa que tenían para ponerme de su bando.
-Porque tú eres la futura reina de nuestro clan; y querían dejarnos indefensos a nosotros.
-¿Reina, yo?
Erik asintió.
-Así que los vampiros tienen reyes. ¿Y qué se supone que tienen que hacer?
-Los vampiros que pertenecen a clanes son “gobernados” por un vampiro superior, que es el rey, la reina, o ambos.
-Pero, si todavía no me he transformado en un vampiro, ¿cómo puedo ser yo la futura reina de vuestro clan?
-Porqué tus padres, y, concretamente tu madre, lo era.
-Y les mataron para que yo no lo fuera.
-Cierto.
-Y… ¿sólo sois vosotros dos en el clan?
Ambos se echaron a reír a carcajada limpia. Yo me quedé allí, seria, esperando su respuesta. Cuando al fin se tranquilizaron Erik me respondió.
-No; lo que pasa es que muchos de ellos trabajan o hacen otras cosas a parte de estar encerrados, sobretodo los más viejos. También hay otros que están cazando.
Se me encendió la bombilla.
-¿Os alimentáis de humanos?
-Bueno, nos alimentamos de lo que podemos. Todo lo que tiene sangre nos sirve, pero la de los humanos es la que tiene más sabor.
-¿Los matáis?
-Me temo que no hay otra opción.
Me quedé boquiabierta. Mis músculos se tensaron, y supongo que lo vieron.
-Pero no nos alimentamos del primero al que nos encontramos por la calle; principalmente son delincuentes y gente que vive en la calle. Además, tenemos reservas de sangre.
Al fin sabía parte de la historia. Aunque no sabía si podía asimilar tanta información en tan poco tiempo. Miré a Erik, pero otra vez estaba ausente, mirando por la ventana del salón.
-Ven, Raquel, te enseñaré tu habitación – me dijo Aarón.
Los dos subimos por unas escaleras al primer piso, sin que Erik dijera nada ni se girase a mirarnos.
-¿Por qué tiene esos cambios de humor? – le pregunté a mi guía.
Él suspiró.
-Te ha estado buscando desde hace muchos años. Era muy amigo de tu padre, y siempre creyó que era su deber encontrarte.
-Pero ya me ha encontrado.
-Sí, y eres igual que tu madre. Supongo que le recuerdas a ella y por eso cambia de humor de esa forma.
-Pero yo no tengo la culpa.
-Por supuesto que no.
Entramos en una habitación. Era grande y tapizada de color rojo. Me encantó sólo con verla.
-He preparado esta habitación para ti. ¿Te gusta?
-Sí, gracias.
Cuando Aarón ya iba a dejarme sola en la habitación me dijo una última cosa.
-Le preocupas mucho a Erik. No le hagas daño.
Le miré.
-Pero si es él que es frío conmigo.
-Porque se autoprotege de ser herido. Después de todos esos años buscándote, al fin te tiene a su lado; y tiene miedo de no estar a tu altura.
-¿Por ser la futura reina?
El chico asintió, y yo resoplé. Me quité las gafas de sol, porque ahora los ojos ya no me dolían.
-Por cierto, ¿qué me pasó en los ojos?
-Deben acostumbrarse a la luz del sol. Los ojos de los vampiros son mucho más sensibles que los humanos. Dentro de unas semanas ya podrás salir al sol sin que te pase nada en los ojos.
-Mmm… Vale.
-Ah, y otra cosa. Si te sucede algo, llámanos. No hace falta que grites, te oiremos. Estaremos atentos las veinticuatro horas del día.
-¿No dormís?
-No. Seremos tus guardianes, por si a alguien se le pasa por la cabeza venir a molestarte.
-Gracias por todo lo que hacéis por mí.
Aarón abandonó la habitación, no sin antes hacer otra reverencia. Y de esa forma me quedé sola en mi nuevo cuarto.

miércoles, 1 de abril de 2009

Sin importar lo que somos (Parte II)

Mi madre se volteó para mirarme, parecía atemorizada. Fue en ese momento que chocamos contra algo. Ella gritó. Alguien abrió la puerta de los asientos traseros, y noté que me cogían y me sacaban del vehículo. El desconocido me llevó en sus brazos un rato, y luego me metió en el asiento del copiloto de otro coche.

-Ponte esto – era una voz muy masculina y puedo decir que bastante sensual.

A tientas cogí lo que me ofrecía, y por el tacto adiviné que eran unas gafas.

-No llevo gafas.

-Póntelas.

Le obedecí, y entonces abrí un poco los ojos. Todavía me dolían un poco, pero como mínimo ahora podía abrirlos completamente. Miré al conductor. Me sorprendió su atractivo: tenía el pelo completamente negro, la piel bastante pálida, y cuando giró la cabeza para mirarme, vi sus ojos; eran marrones. Me sonrojé.

-Te quedan bien – y sonrió.

-¿Quién eres? ¿Y qué le ha pasado a mi madre?

-Será mejor que hablemos cuando lleguemos, Raquel.

-¿Sabes mi nombre?

Silencio.

-¿Adónde me llevas?

-A un lugar seguro.

No dijo nada más. Le miré un tanto enfurecida. Me sorprendió mi mal genio, pero no intenté reprimirlo.

-¿Y no me dirás nada más?

La verdad es que me di un poco de miedo, y temí haberme pasado con el chico. Pero en vez de eso, sonrió.

-Me llamo Erik, encantado.

Resoplé, e, indignada, miré por la ventana.

-Ponte el cinturón – dijo –, no me gustaría que me multasen.

Lo hice, pero continué mirando por la ventana; me percaté de que nos estábamos alejando del pueblo.

La rabia dejó paso al dolor; aunque no me dolieran los ojos, sí dolía algo en mi interior, y empecé a llorar. Esos cambios de humor eran muy típicos en mí, quizás demasiado.

-¿Raquel?

No le miré; aunque notaba preocupación en su voz perfecta. Si no quería responder a ninguna de mis preguntas yo tampoco se lo pondría tan fácil. Fue entonces cuando noté que ponía su mano encima de la mía, que reposaba en mi pierna izquierda. Me la acarició suavemente. No pude reprimirme más y le miré; se le veía triste. Paró el coche al lado de la carretera, en un lugar arenoso.

-De verdad que lo siento muchísimo, pero no puedo contarte nada hasta que lleguemos. Falta una hora o así. Y no te preocupes, tu madre estará bien.

Asentí, todavía con lágrimas en los ojos, y Erik me sorprendió cuando me estrechó entre sus brazos. Olía muy bien, aunque no sabría decir exactamente a qué.

Se separó de mí y me miró, poniendo un mechón de mi pelo detrás de la oreja derecha.

-Lamento que tengas que vivir todo esto.

Me encogí de hombros y desvié la mirada; esos ojos marrones me turbaban. Sonrió.

-Me gusta cuando te sonrojas; estás preciosa.

Le miré otra vez.

-Aunque puede que todo esto tenga una parte buena: haberte conocido – esto lo dijo casi con un susurro.

No dijimos nada y nos quedamos mirando unos segundos. De repente, como si se hubiese acordado de lo que tenía que hacer antes de parar el coche, me soltó y cogió la llave del contacto. Encendió otra vez el motor y se reincorporó a la carretera. No dijo nada más hasta que cogió un camino de tierra casi una hora más tarde.

-Estamos a punto de llegar.

No me miró en todo ese rato. Tuve miedo de que hubiera hecho algo mal, aunque en el fondo sabía que eso le había venido de repente, que no había sucedido nada raro.

Llegamos a una gran casa rural. Era toda de piedra, y estaba rodeada de árboles y vegetación; parecía incrustada en el bosque, porque no había nada más a su alrededor. Aunque la casa parecía antigua, se veía cuidada.

-Vamos.

Me abrió la puerta y caminó delante de mí hasta la casa. Una vez en la puerta llamó con los nudillos.

-¿Erik?

-Sí, compañero. Con la chica.

¿La chica? Volví a enfurecerme. Repetidas veces me había nombrado por mi nombre. ¿A qué venía eso?

Un chico abrió la puerta con precaución. Pareció aliviado al ver que sí era Erik quien había llamado. Entonces me miró a mí y me hizo una reverencia.

-Bienvenida a nuestra humilde morada. Yo soy Aarón.

martes, 31 de marzo de 2009

Premios :)



Y he vuelto a ser premiada!! :D
AleyAngi me ha otorgado el premio Blog de Oro y el de Blog Angel; y Clara me ha otorgado el Blog Angel :D

Muchísimas gracias, chicas!

Los 5 premiados por mí son:
1. Crisálida Literaria. De Clara :) Porque tiene un blog muy interesante y porque ha organizado el I Concurso del blog ;)

2. Diario de un novelista caprichoso. Porque es diferente a los demás blogs; el caballero le da una personalidad distinta.

3. La Reina de la Noche. Nunca puede faltar en mis listas de premiados. Me encanta su blog!

4. Mi mundo como escritora. Porque sus entradas son muy interesantes, especialmente para los escritores noveles como yo jiji

5. Escritos de un adolescente. Porque me encantan sus relatos :)



Las reglas de estos premios son:
-Crear una entrada y publicar las imágenes.
-Mencionar quién te lo entregó.
-Entregar los premios a 5 blogs.
-Avisar a los ganadores.

De paso os recuerdo que más abajo tenéis la primera parte de otro relato que escribí ^^

Un abrazo.

Sin importar lo que somos (Parte I)

Cogí una de las dos toallas que tenía preparadas encima del mueble del baño y me sequé el pelo; me lo recogí en un moño y empecé a secarme el resto del cuerpo. Cuando me puse enfrente del espejo para peinarme vi el tatuaje misterioso que tenía en la parte inferior del vientre. Y digo misterioso porque no recordaba habérmelo hecho, aunque mis padres y los médicos me repitieron varias veces que no lo recordaba por un accidente que había tenido dos semanas atrás, porque había afectado determinadas zonas de mi cerebro y que era posible que no recordara algunas cosas. Le había dado muchas vueltas a todo eso, y me di cuenta de que no recordaba qué había pasado en toda una semana. Simplemente, un día desperté en la cama de un hospital y vi que tenía un tatuaje que no sabía de donde había salido. Aunque me gustaba –era un dibujo tribal de una mariposa–, dudaba de que yo hubiese sido lo suficientemente valiente como para hacérmelo, cuando siempre me había dado casi miedo.

Cada vez que hablaba de ello con mis padres cambiaban rápidamente de tema y pedían que no volviera a hablar de ello, porque les revivía lo que habían sentido cuando yo estaba en el hospital, cuando pensaban que podía morirme. Pero soy muy testaruda, y no estaba dispuesta a dejarlo atrás; había algo en mi cabeza que me decía que algo no iba bien; mi sexto sentido sabía que todos escondían algo, pero era casi imposible saber qué.

Me solté el pelo y empecé a peinármelo. Ah, aquí hay otra cosa que no os he contado: desde el supuesto accidente lo tenía más oscuro; había pasado de ser castaño claro al color chocolate. También mis ojos eran más oscuros, ahora eran marrones casi negros. Mi piel, contrariamente, se había palidecido, lo que hacía que el tatuaje negro de la mariposa resaltase mucho.

Suspiré. No me gustaba nada no saber de qué iba todo, y tampoco sabía por donde empezar a buscar respuestas.

Mientras me estaba vistiendo pensé en hablar con mi tío David, que era médico y que esa mañana no trabajaba; así que decidí ir a su casa. Me despedí de mi madre, rezando para que no me pidiese adónde iba, porque no me gustaba engañarle, y, evidentemente, no se lo podía contar; como mínimo, todavía no.

-¿Adónde vas, Raquel?

-A dar una vuelta.

Y cerré la puerta antes de que me retuviera allí dentro. El sol brillaba mucho, demasiado. Tuve que cerrar los ojos porque no veía completamente nada. Alguien me cogió por los hombros y me llevó al coche en el que estaba a punto de entrar: el mío.

-¿Qué…

Me taparon la boca, con una gran fuerza me obligaron a entrar en mi coche, y me tumbaron en los asientos traseros. No podía abrir los ojos, me escocían y me dolían mucho.

-¿Quién eres?

Nadie contestó. Intenté abrir un poco los ojos, y, con gran esfuerzo, fui capaz de ver una melena rizada.

-¿Mamá? ¿Qué haces?

jueves, 26 de marzo de 2009

Demasiado tarde

Había perdido una gran oportunidad y lo sabía.
Él había sentido algo por mí semanas atrás, y yo había sido lo suficientemente estúpida como para no prestarle mucha atención.
Fue después de una semana de no cruzar ni una palabra con él cuando me di cuenta de que le necesitaba: echaba de menos hablar con él y, cómo no, echaba de menos esas indirectas que me hacían flotar.
Empecé a hablarle otra vez como si no hubiese pasado nada, pero sabía que él ya no era el de antes; ya no me hablaba como antes, y muchas veces era yo quien tenía que tomar la iniciativa para que habláramos. Sabía que me había equivocado dejándole de lado; vaya si lo sabía, y me arrepentía muchísimo, pero eso no parecía ser suficiente para ese alguien que une a dos personas que se aman; ya era demasiado tarde.
Cuando le decía que teníamos que quedar algún día no podía hacer más que sentirme inútil y estúpida ante su respuesta: "ya te diré algo". Pero ese algo nunca llegaba, y yo lo intentaba día tras día, semana tras semana, y él sólo me daba largas.
Nuestra comunicación empezó a a empeorar, y a las pocas semanas de no hablarnos me dijeron que estaba saliendo con una chica.
Lloro cada día desde entonces, porque fui imbécil de dejar pasar esa oportunidad que llamaba con insistencia en mi puerta.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Recordar

Me miró con esos oscuros ojos marrones que tanto me hacían enloquecer; me dedicó una mirada de deseo; sabía que él pedía más que esa simple aunque no aburrida conversación (no aburrida porque estaba hablando con él, claro). Miraba mis labios con insistencia mientras yo hablaba, y no podía evitar ponerme nerviosa. No sabía ni si me estaba escuchando, realmente; pero tampoco sabía con exactitud de qué estaba hablando yo misma. Como pude terminé la frase que estaba diciendo y callé. Él continuaba sin decir nada, todavía estaba concentrado en algo que no eran mis palabras.
-¿Jorge?
Balanceé la mano delante de sus ojos para ver si reaccionaba, y al fin volvió al mundo terrenal.
-Sí, perdón. ¿Qué decías?
-¿Te pasa algo?
-N-no - dijo, intentando aparentar seguridad.
La verdad es que no sé de dónde salió ese arrebato de valentía, pero le puse una mano en la mejilla.
-No me estabas escuchando, ¿verdad?
Se lo dije con un tono tan suave que casi pareció maternal.
-Lo siento.
-Oye, no te disculpes. Estabas distraído. Lo sé.
-Es que tengo que decirte una cosa.
-Desembucha.
Esta vez fue él el que me cogió el rostro con las manos.
-Me gustas. Y por eso no puedo concentrarme en lo que me dices, porque me distraigo mirando... tus labios.
Puede ser que me lo esperara en lo más profundo de mi alma, pero aún así me sorprendió su sinceridad. De seguro que me sonrojé; soy muy vergonzosa.
Soltó mi cara, pero yo le cogí las manos y volví a ponerlas en el lugar donde habían estado.
-Tú también me gustas - le dije.
-¿En serio? ¿No lo dices por pena?
-Claro que no lo digo por pena.
Los dos sonreímos. Me encantó la sensación que tuve mientras veía que Jorge se acercaba a mí; esas mariposas en el estómago. El beso fue largo y dulce, con esos suaves y tiernos labios que me derretían. Fue digno de ser recordado el resto de mis días...