martes, 26 de mayo de 2009

La luz invisible (Parte X)

-¿Qué haces tú aquí?
-Ella ha elegido.
-No, no lo ha hecho.
-Eres tan insensible que no eres capaz de percibirlo.
-No me iré de aquí por las buenas; y tú lo sabes.
-Todavía tenía la esperanza de que pudiéramos arreglarlo hablando, pero los tuyos son siempre tan bélicos...
Los dos chicos empezaron a luchar. Parecía que ni se dieran cuenta de que Carol estaba allí, o de que alguien podía oirles. La chica se apartó de su camino. No podía hacer nada entre ellos dos, parecían muy fuertes, y lo único que habría conseguido poniéndose de pormedio sería algún golpe...
Era una forma bastante rara de luchar, no como un combate de boxeo ni como nada que hubiera visto antes. O puede que sí que lo hubiera visto: en alguna película. Los dos chicos intentaban darse golpes casi sin moverse de su sitio, pero el otro bloqueaba sus entradas. Poco a poco empezaron a moverse de un lado a otro, aumentando la agresividad, pero hubo un momento en que Marcos desapareció. La chica miró por toda la estancia, pero se había volatilizado.
-Ve con cuidado, puede aparecer en cualquier sitio.
Apenas hubo terminado la frase que Carol notó que alguien le cogía las dos manos con una sola. Gritó. Sergio se giró hacia ella, y con la expresión de terror que había en su rostro lo decía todo. No tenía miedo de la cosa que la estaba cogiendo, tenía miedo de lo que podía pasar.
-Por lo que más quieras, no lo hagas.
-La quiero a ella, ¿te parece poco?
-¿Quererla? ¿A cuántas has querido antes que ella?
-Cada una es importante para mí.
-Para añadirlas a tu colección, cómo no - Sergio hizo una pausa - Ella eligió.
-Yo también.
-No es así como funcionan las cosas.
-Nunca me han gustado las reglas, angelito. Algunas veces tendrías que saltártelas y disfrutar de la vida. Aunque creo que alguna ya te la has pasado por alto; ¿o me equivoco?
-Almenos yo no la obligo a hacer nada.
Carol seguía inmobilizada por Marcos, pero tampoco no sabía qué decir. Le habría gustado pedir una explicación de qué iba todo aquello, pero el miedo la tenía totalmente paralizada.

¿Qué había hecho ella para llegar a aquella situación?

sábado, 23 de mayo de 2009

Premio!

Antes que nada, recordaros que más abajo tenéis la nueva parte de La luz invisible!!

Ahora sí, Angi me ha dado otro premio! Es el premio Blog Vampírico :)


Muchísimas gracias, guapa, por este premio! Con lo que me gustan los vampiros... jiji *.*
Como dijo nuestro querido Edward Cullen: "Do I dazzle you?"
Yo respondería, como Bella: "Frequently" :P

Bueno, a lo que iba, este premio tiene unas reglas:

1. Decir quién te lo ha entregado y dárselo a 3 blogs vampíricos:
- Angi, de La Reina de la Noche :)
- Vampire Midnight
- Para ti, si estás leyendo esta entrada y te gustan los vampiros!! ;)

2. Poner las cosas que más nos gusten:
- Escribir
- Leer
- Los vampiros :P

3. Poner nuestros tres libros favoritos de vampiros:
- Crepúsculo!! (todos)
- Marcada :)
- Medianoche :)


Un abrazo a todos y gracias por visitarme!! :)

La luz invisible (Parte IX)

Los dos habían ya empezado a cerrar los ojos cuando sonó el timbre. Abrieron los ojos de golpe, pero no se movieron ni un centímetro.
-Debe ser Natalia.
-No, no lo es.
Sergio se separó de ella y salió por la ventana de un salto. Al principio no reaccionó, pero el timbre volvió a sonar, y Carol fue a abrir la puerta, abatida porque no había pasado lo que deseaba.
-¿Marcos?
-Me siento halagado de que recuerdes mi nombre, querida.
El chico miró por encima del hombro de Carol y, cuando vio que no había nadie allí, sonrió; parecía satisfecho por algo.
-¿Quieres ir a dar una vuelta?
Carol se extrañó. Demasiada casualidad.
-Es que... tengo que estudiar.
Marcos arrugó la frente sin dejar de mirarla.
-Entonces te observaré; no te molestaré, lo prometo.
-Me distraigo con facilidad cuando hay alguien cerca de mí.
-No haré ruido.
La chica entonces se asustó. En sus ojos había algo que no le gustó nada: una mezcla de enfado, peligrosidad y demasiado determinación por hacer algo.
-Otro día - dijo ella, empezando a cerrar la puerta.
-No.
Marcos sujetó con la mano la puerta, para que Carol no pudiese cerrarla. Supo que sería inútil luchar contra él, y pensó en una vía de escape. La puerta estaba barrada, evidentemente; pero si se quedaba dentro del piso la acabaría cogiendo, y sólo él sabía qué le haría. ¿Por qué los chicos guapos se creían que podían tenerlo todo?
Pero entonces Sergio apareció en su cabeza. Él era diferente, él no había intentado herirla, no la había forzado a nada, y se había preocupado por ella cuando oyó que hablaba precisamente del chico que tenía delante.
Carol luchó con todas sus fuerzas por cerrar la puerta, pero era imposible, Marcos tenía una fuerza sobrenatural.
-¿Qué eres?
-Es mejor acabar con esto rápidamente. Dentro de unas horas lo sabrás, no hace falta hablar ahora. No me gustaría que nos interrumpiesen.
Marcos cerró la puerta detrás de él. Carol había ido dando pasos hacia atrás, pero él se acercaba cada vez más.
-Sergio, te necesito - dijo ella, casi llorando.
Marcos sonrió.
-¿Ese angelito? No podrá hacer nada para ayudarte.
-¿Qué te apuestas? - dijo una voz detrás de la chica.

domingo, 17 de mayo de 2009

La luz invisible (Parte VIII)

Cuando Carol entró en el piso vio que Sergio estaba de pie mirando los pósters que tenían colgados en la pared del comedor. Sonrieron los dos. Era tan... ¡irresistible!
Las dos amigas pusieron la compra en su lugar, y Nat se fue a su habitación. Carol la siguió.
-¿Por qué no te gusta Marcos? - dijo casi con un susurro.
-¿Tienes miedo de que te oiga? - rió, pero contestó su pregunta ya más seria - No sé... Hay algo que me dice que no es de fiar. ¿Te hace tilín? - dijo, casi gritando.
-Shhh!
Carol no tenía miedo de que Marcos la oyera, evidentemente, sino de que lo hiciese Sergio.
-¿Sí o no?
-Un poco...
-Pues no sé, chica. Tal vez me equivoque... Dicen que la intuición femenina no es 100% fiable. Si tienes que quedar con él, que sea en un lugar público y a la luz del día. Almenos las primeras veces.
-Sí, mamá.
Las dos rieron, aunque Natalia había lo había dicho en serio.
-Bueno, yo me voy. ¿Seguro que no quieres venir?
-Anda, vete antes de que te haga algo - le contestó Carol, abriéndole la puerta - ¡Pásatelo bien!
Natalia se fue, y Carol volvió a entrar en el piso y cerró la puerta. Sergio la miraba, y había temor en sus ojos.
-¿Qué pasa?
-¿A quién has conocido?
La chica se sonrojó al instante.
-¿No decías que teníamos intimidad?
-Te oí.
-Pues todavía peor.
-Puede ser importante.
-Para mí.
-Sólo intento protegerte.
-Sé cuidar de mí misma, gracias.
Carol pasó por su lado y se fue a su habitación, donde se encerró de un portazo.
Se arrepintió de inmediato, y volvió a salir. Encontró a Sergio en el mismo lugar de antes.
-Lo siento, Sergio. Es solo que... no estoy acostumbrada a esto. Todo el día vigilada por alguien, que sólo yo puedo ver, y...
-¿Y, qué?
Carol se pensó un rato lo que diría.
-Y que es un chico, que eres precisamente tú.
-¿Hay algún problema con que sea precisamente yo? - arqueó una ceja.
-No, no. Pero... yo...
Carol empezó a temblar, se le puso la carne de gallina y volvió a enrojecerse. Sergio continuaba mirándola, esperando una respuesta. Era tan mono...
-Pues que... eres... guapo.
Sergio rió, con esa magnífica sonrisa.
-Y yo nunca me habría imaginando protegiéndote precisamente a ti. Tímida, de baja autoestima, pero irresistiblemente deseosa de afecto.
Carol quedó petrificada, pero Sergio se acercó un paso hacia ella.
-¿Todo eso sabes sobre mí?
-Y muchas cosas más. Te pondría los pelos de punta.
Sergio cogió un mechón del pelo de ella y se lo puso detrás de la oreja, y, cogiéndole el rostro, fue acercándose más y más a ella.

sábado, 16 de mayo de 2009

La luz invisible (Parte VII)

Cuando ya hubieron pagado, salieron al párking. Natalia estaba repasando el ticket de la compra mientras Carol empujaba el carro hasta el coche. Fue por ese motivo que fue sólo ella quien vio a Marcos que pasaba por delante de ellas en un lujoso coche negro; y él le sonrió. Había picardía en sus ojos, algo que le gustó a Carol, pero que también la confundió.
-Parece que está bien. Aquella vez que nos estafaron me hizo mucha rabia - dijo Nat, levantando la mirada hacia su compañera.
-Que se les pasara una vez no quiere decir que lo vayan a hacer siempre.
-Prefiero asegurarme.
Las dos amigas cargaron toda la compra en el enorme maletero del coche de Nat, y Carol fue a dejar el carro otra vez en su sitio. Cuando subió al coche, éste ya estaba encendido.
-¿Estás segura de que no quieres ir a la playa hoy?
-Yo sobro entre Miguel y tú.
-Pero podríamos pasárnoslo bien.
-No insistas, porque no cambiaré de opinión.
-Bueno... ¿Y esta noche no saldrás de fiesta?
-Te recuerdo que tengo que estudiar. Algunos tenemos exámenes la semana que viene. No como tú, que los tienes dentro de...
-Un mes.
-Pues eso. Hoy aprovecharé para estudiar, que no me ditraerás.
-Tampoco soy tan pesada, ¿no?
-Hmmm...
Nat le sacó la lengua sin quitar los ojos de la carretera, y ambas rieron.

Cuando llegaron a su destino, aparcaron al lado de el ya archiconocido (por parte de Carol) coche de Marcos. Como sabía que Nat lo aborrecía no le dijo nada, y ambas empezaron a hacer viajes del coche al piso. Carol se sintió observada mientras se dirigía al ascensor, y miró arriba. Marcos vivía en el piso superior de donde estaban ellas; y, definitivamente la estaba observando. Esta vez no sonrió, sino que parecía concentrado en algo que no le gustaba, ajeno a la chica pero a la vez que tenía que ver con ella. Carol siguió sin decir nada a Nat, y entró en el ascensor.

miércoles, 13 de mayo de 2009

La luz invisible (Parte VI)

-Necesitamos agua, ¿verdad? - dijo Carol.
-Hemos comprado demasiadas cosas. No sé si vamos a caber en el coche, y tendremos que hacer mil viajes...
-¿Queréis que os ayude, chicas? - dijo una voz masculina a sus espaldas.

Las dos se giraron para ver quien les había hablado. Era un chico alto y con el pelo completamente negro. Su cuerpo era delgado, pero no esquelético, y sus ojos eran marrones.
-¿Disculpa? - dijo Nat.
El chico sonrió. Era diferente que la de Sergio, este chico parecía más "malo", no tan angelical.

-No he podido evitar escuchar que decíais que teníais demasiada carga. Si queréis puedo ayudaros; vivo en vuestro bloque de pisos.
-¿Ah, sí? - Nat desconfió.
-Vine nuevo este curso, es posible que no me hayáis visto.
-Nosotras también somos nuevas - esta vez habló Carol.
Hubo un silencio. Natalia todavía miraba al chico con mala cara, pero a Carol le pareció muy simpático.
-¿Os ayudo? Yo he comprado poca cosa.
Y era verdad, sólo llevaba dos botes de tomate frito, pan y jamón.
-Nos las apañaremos, gracias - dijo finalmente Nat.
Él no cambió la expresión de serenidad de su rostro.
-Bueno, como queráis. Ya nos iremos viendo por allí. Ah, por cierto, me llamo Marcos.
Las dos chicas lo miraron mientras se alejaba. Carol con una media sonrisa, Natalia con el ceño fruncido.
-¿Por qué has dejado que se marchara? - le preguntó cuando ya no podía oírlas.
-Me ha dado mala espina. Y tú cogerías el coche para hacer esa ínfima compra?
-Quizás lo necesitaba.
-¿Para comer porque no tenía nada más? Habría comprado algo más si no tuviera comida.
Carol suspiró, y ambas se dirigieron con el carro a la caja más cercana para pagar.

martes, 12 de mayo de 2009

La luz invisible (Parte V)

-¿No vienes con nosotras?
-No me estaré pegado a ti todo el día, tranquila.
Carol no se tranquilizó, sino al contrario.
-¿Y si me sucede algo cuando tú no estás?
Sergio sonrió. Era irresistible.
-No puedo estar siempre detrás de ti. Necesitamos un poco de intimidad, también.
-¿Carol, me oyes?
-Anda, ve - le dijo Sergio.
-Sí, voy - le contestó la chica a su compañera de piso.
Las dos salieron del piso sin decir nada. Definitivamente, Natalia todavía estaba enfadada.
-¿Nat? - dijo tímidamente para romper el silencio.
-¿Acabas de ver un fantasma? - dijo, mientras subía a su coche.
Carol se sentó en el asiento del copiloto.
-De veras que creí que allí había alguien. Lo veía tan... nítido.
Natalia la miró. Parecía triste.
-No me gusta pelearme contigo, pero es que me he llevado un susto de muerte. Me imaginé que allí encontraría a alguien con no buenas intenciones. Lamento haberme enfurecido tanto.
-Y yo lamento haberte asustado.
Las dos amigas se abrazaron fuertemente. Carol se alegró de que al fin Nat no estuviese enfadada, aunque había tenido que mentirle; pero no habría creído la verdad, lo sabía muy bien.
Así pues, y como si no hubiese pasado nada, Natalia encendió el motor del coche y se dirigieron al supermercado, que estaba a pocos minutos de allí. Las dos hablaban tan alegremente de cosas insignificantes, que no se dieron cuenta de que un coche negro que había abandonado el párking de delante de su bloque de pisos iba a pocos metros detrás de ellas.

domingo, 10 de mayo de 2009

La luz invisible (Parte IV)

-Bien, pues, como ya he dicho antes, nuestros destinos están escritos. Aunque las cosas sean así, a veces las circunstancias cambian, lo que hace que el destino también cambie. ¿Me sigues?
-¿El destino puede cambiar aunque esté escrito? - dijo Carol, arrugando la frente.
-Exactamente. No es algo 100% seguro, aunque los griegos dijeran lo contrario.
-¿Y qué dice mi destino?
-Que llegará un momento en que tendrás que escoger entre el bien o el mal.
-Y tú estás aquí porque...
-Es mi misión protegerte antes de que eso ocurra.
-¿Protegerme de qué?
-De los peligros que están ahí fuera - dijo Sergio, señalando la ventana con la cabeza.
-¿Qué peligros hay?
-Si te lo dijera, no saldrías de casa en tu vida del miedo que tendrías - y sonrió.
-¿Y no puedes contarme nada más?
-No puedo influir en tus decisiones.
Estuvieron un rato en silencio. Estaba tan pensativa que la voz de Natalia la asustó.
-Es hora de ir al súper.
Carol supo que todavía estaba enfadada por cómo lo había dicho.
-No gastes mucho - dijo Sergio con una sonrisa.

sábado, 9 de mayo de 2009

Premio 100% twilighter :)


Angi me ha dado otro premio! Si todavía no conocéis su blog, pasaros por allí, escribe de maravilla ;)
Muchas gracias por hacer que mi blog sea cada vez más especial para mí y más indispensable :)

Las normas de este premio son:
Elegir 7 blogs o sitios de internet que por su calidad, su afinidad o por cualquier razón hayan conseguido establecer un vínculo que desees reforzar y premiar; y debes enlazarlos en el post escrito.Escribir un post mostrando el premio, citar el nombre de blog o Web que te lo regala y notificar a los elegidos con un comentario.Opcional: Exhibir el premio en tu blog.

Y mis blogs premiados son:
1. Proyecto de escritora. Nunca me canso de leer sus entradas, porque son súper interesantes.
2. Escritos y proyectos. Es de la misma administradora que Proyecto de escritora. La única historia que conozco de ella está guay! Pasaros y lo comprobaréis por vosotros mismos ;)
3. Juvenil Romántica. Su blog es genial, siempre voy a visitarlo para descubrir nuevas lecturas :)
4. El blog de Sidel. Me encantan sus textos. Pasaros, no os defraudará ;)
5. Crisálida Literaria. Su diseño es genial (tanto en azul como en rojo) y su contenido no es para nada menos importante.
6. Mi mundo como escritora. Entradas interesantísimas para todos los amantes de la escritura.
7. EscrituraLandia. También publica entradas interesantes por lo que hace a escritura.

Muchas felicidades a todos los premiados! :)
Y muchas gracias a todos los que estáis ahí para leer mis textos :D

Es posible que hoy mismo publique la continuación de La luz invisible :)
Lamento publicar tan pausadamente, pero tengo muchísimas cosas entre manos.


Un beso a todos *


lunes, 4 de mayo de 2009

La luz invisible (Parte III)

-Sé más de ti que tú misma - y le dedicó esa irresistible sonrisa.
Carol arqueó una ceja y cruzó los brazos.
-¿Ah, sí? ¿Soy famosa en un mundo paralelo o qué?
-En un mundo paralelo no, pero sí en uno superior.
La chica se rió y se levantó de la cama para sentarse en la silla de la mesa de estudio, donde estaría cara a cara con Sergio.
-Esto promete ser divertido - dijo ella.
El chico cambió la expresión de su rostro, que de repente era de completa seriedad.
-Puede ser muchas cosas, pero te aseguro que divertido no figura en esa lista.
Ella suspiró.
-Suéltalo ya.
Él dudó unos instantes; parecía que se estaba pensando qué tenía que decirle. Al fin habló.
-El destino de todos nosotros está escrito desde el momento en que nacemos.
-No creo en el destino.
-Pues es mejor que empieces a hacerlo, porque esto es en serio.
Carol puso los ojos en blanco, pero esta vez no replicó; así que el chico continuó.
-Tú llegarás a ser una persona con un gran poder. Depende de ti y de tus acciones estar en un bando o en el otro.
-¿Qué bandos?
-El bien o el mal.
Empezó a reír, incrédula de lo que le decía Sergio. Él, en cambio, achicó los ojos, con una expresión más dura.
-No voy a repetirte otra vez que no seas tan expresiva, porque tu compañera está a pocos metros.
Carol calló.
-Pensé que podría razonar contigo, pero ya veo que es imposible. Si no paras de hacer el idiota de una vez, dejaré que pase lo que tenga que pasar; y no, no me arrepentiré.
-Lo siento - dijo ella, un tanto avergonzada y con las mejillas enrojecidas.
Sergio no contestó, pero suavizó un poco su expresión. Como no tenía intención de volver a hablar, fue Carol quien lo hizo.
-Continúa, por favor; no interrumpiré más.