¿Qué eres? (Parte III y última)

Los dos chicos anduvieron uno al lado del otro; Ariadna intentando asimilar todo lo que le acababan de decir, y Francisco cauteloso con ella, evitando hacer algo que la molestara. No se tocaron.
El trayecto lo hicieron en silencio, y cuando llegaron al coche y hubieron entrado, Francisco habló.
-Entre los vampiros hay una profecía que dice que la amada del enemigo será su peor enemiga.
-¿Enemiga yo? Pero si hasta hoy no sabía que existían.
-Pero ahora sí.
-¿Y qué puedo hacer yo contra ellos para ser su “gran enemiga”?
Francisco no dijo nada.
-¿Qué sucede?
La miró, y en sus ojos se podía ver que no le gustaba decir lo que vendría a continuación.
-Tu destino es ser una cazavampiros.
-¿Como tú?
El chico asintió.
-Pero tú eres más fuerte.
-¿Yo? Eso no puede ser.
-No me gusta nada, pero es la verdad.
-¿De veras que no es una broma?
-Preferiría que lo fuera.
Se quedaron en silencio otra vez.
-¿Y van a estar persiguiéndome siempre?
El chico hizo una mueca.
-Eso me temo.
Ariadna suspiró.
-Pero yo estaré a tu lado. Te enseñaré todo lo que sé y te ayudaré en lo que pueda.
-¿Y por qué no me lo han dicho hasta ahora?
-No queríamos que cargaras con esto. Lo siento.
Se miraron otra vez a los ojos. Francisco estaba muy triste, y Ariadna preocupada. Quién habría dicho que ella, una chica corriente de veinte años, sería una cazavampiros, que los vampiros existían, o que Francisco hubiera velado por ella todo ese tiempo. No pudo reprimir las lágrimas, y él la abrazó.
-No dejaré que te pase nada.
-¿Te quedarás conmigo?
-Por supuesto; ya no puedo alejarme de ti, ¿ recuerdas?



Bueno, aquí se acaba el largo relato. Un beso muy grande a todos, y gracias por vuestros comentarios :)