miércoles, 25 de febrero de 2009

¿Qué eres? (Parte II)

Francisco la miró con preocupación y temor; no a Ariadna, sino a las consecuencias que podría llevar contárselo todo. Por eso estuvo unos minutos en silencio, durante los cuales ninguno de los dos se movió.

-Francisco.

El chico suspiró y cerró los ojos.

-He venido para protegerte.

-Es lo que he visto; pero ¿de qué? ¿Por qué?

Al fin abrió los ojos, y la miró con esos ojos verdes que la volvían loca, pero se obligó a centrarse.

-Eso que quería atacarte, supongo que has deducido que era un vampiro.

-Sí.

-Su especie ha intentado atacarte durante todos los años de tu vida.

-¿Qué? ¡Pero si esta vez es la primera que veo a uno!

-Porque las otras veces acabábamos antes con ellos.

-¿Quiénes?

Otra vez silencio; y fue durante esos segundos que Ariadna se acordó de algo.

-¿Y Clara?

-Esa voz que oíste no era ella.

-¿Cómo sabes lo de la voz?

-Porque yo también la oí.

-Pero yo la vi en el parque.

-El vampiro te hizo creer que era ella.

Ariadna ya no sabía qué pensar: la voz que había oído no era de Clara, la persona que había visto tampoco…

-¿Y tú? ¿Quién o qué eres?

Otra pausa; aunque esta vez no fue tan larga.

-Soy un cazavampiros y tu protector. Me han enviado para protegerte de esos seres.

Ariadna se levantó.

-¿Y sólo sales conmigo para cumplir tu misión, verdad?

Los ojos de la chica se empaparon de lágrimas. No podía evitar ocultar sus sentimientos; el dolor que le provocaba saber que Francisco no salía con ella porque la amara, sino por esa estúpida misión de mantenerla en vida.

-Intenté mantenerme distante, pero no pude.

Francisco se acercó a ella y le cogió la mano.

-¿Cuánto hace que me proteges?

-Desde el mismo momento en que entré en tu colegio.

-Tres años.

Era el mismo tiempo que Ariadna llevaba colada por él. No pudo evitar enamorarse de él a primera vista.

-¿Y cómo sé que me quieres?

Francisco le cogió el rostro con las dos manos, la miró a los ojos y le dio un rápido beso en los labios.

-Porque lo que te digo es verdad.

Ariadna no pudo evitar volver a llorar. Su vida “aparentemente normal” había dado un giro de 180 grados: la habían estado persiguiendo vampiros, cazavampiros habían velado por su seguridad, y su novio era un cazavampiros.

Francisco la abrazó.

-No entiendo nada. ¿Por qué esos vampiros quieren matarme?

-No quieren matarte, quieren transformarte en uno de ellos.

-¿Por qué?

-Vayamos al coche; allí te lo contaré todo.




Y pensar que yo planeaba una historia corta... Me está quedando un poco larga ya xdd

Mañana la tercera parte ;)

Y esa será la última.

8 comentarios:

  1. me encantaaaaaaaaa!!!!!!
    me has enganchado!
    como con todas tus historias! esta es fantastica!
    sigue pronto porfavor!
    un beso
    Angi

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  2. jajaja, otra vez lo conseguiste...
    quiero saber que pasara xD

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  3. Hola! al igual que ayer, te quedo magnífico, esta muy bueno.

    Excelente en cuanto a mi apreciación, sigue con la otra y muchas más.

    Ah y gracias por pasarte por mi blog!

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  4. Muy interesante :) Francisco es un sol con ella.

    Saludos :)

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  5. Lunaaaaaaaaa me estás convirtiendo en un vampirooooooo quiero beberme el finalllllllll...
    El amor que protege es de los más fuertes.

    Besos.

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  6. UMMM! ¿por que querran convertirla en vampiro? ellas es portadora de algún secreto que desconoce???? Esperaremos a mañana para saber más! Besos.

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  7. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡NO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

    ¿Por qué lo cortas en la mejor parte? Maldita, te detesto... ja, ja, ja... ahora me dejas con la intriga... ¿por qué? Y ¿si te choca un camión y no puedes terminarla? ¿Si se te cae un pedazo del techo y te deja cuadripléjica? No seas mala... Ja, ja... en fin, me guste, me gusta... no lo abandones. Au revoir.

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  8. Está bien, un poco abrupto todo pero es natural. Pobre Ariadna, debe de doler pensar que tu amado finge quererte por poder llevar a cabo una misión. Suerte que no es el caso.

    Ahora a por la tercera parte!

    Omega

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