Francisco la miró con preocupación y temor; no a Ariadna, sino a las consecuencias que podría llevar contárselo todo. Por eso estuvo unos minutos en silencio, durante los cuales ninguno de los dos se movió.
-Francisco.
El chico suspiró y cerró los ojos.
-He venido para protegerte.
-Es lo que he visto; pero ¿de qué? ¿Por qué?
Al fin abrió los ojos, y la miró con esos ojos verdes que la volvían loca, pero se obligó a centrarse.
-Eso que quería atacarte, supongo que has deducido que era un vampiro.
-Sí.
-Su especie ha intentado atacarte durante todos los años de tu vida.
-¿Qué? ¡Pero si esta vez es la primera que veo a uno!
-Porque las otras veces acabábamos antes con ellos.
-¿Quiénes?
Otra vez silencio; y fue durante esos segundos que Ariadna se acordó de algo.
-¿Y Clara?
-Esa voz que oíste no era ella.
-¿Cómo sabes lo de la voz?
-Porque yo también la oí.
-Pero yo la vi en el parque.
-El vampiro te hizo creer que era ella.
Ariadna ya no sabía qué pensar: la voz que había oído no era de Clara, la persona que había visto tampoco…
-¿Y tú? ¿Quién o qué eres?
Otra pausa; aunque esta vez no fue tan larga.
-Soy un cazavampiros y tu protector. Me han enviado para protegerte de esos seres.
Ariadna se levantó.
-¿Y sólo sales conmigo para cumplir tu misión, verdad?
Los ojos de la chica se empaparon de lágrimas. No podía evitar ocultar sus sentimientos; el dolor que le provocaba saber que Francisco no salía con ella porque la amara, sino por esa estúpida misión de mantenerla en vida.
-Intenté mantenerme distante, pero no pude.
Francisco se acercó a ella y le cogió la mano.
-¿Cuánto hace que me proteges?
-Desde el mismo momento en que entré en tu colegio.
-Tres años.
Era el mismo tiempo que Ariadna llevaba colada por él. No pudo evitar enamorarse de él a primera vista.
-¿Y cómo sé que me quieres?
Francisco le cogió el rostro con las dos manos, la miró a los ojos y le dio un rápido beso en los labios.
-Porque lo que te digo es verdad.
Ariadna no pudo evitar volver a llorar. Su vida “aparentemente normal” había dado un giro de 180 grados: la habían estado persiguiendo vampiros, cazavampiros habían velado por su seguridad, y su novio era un cazavampiros.
Francisco la abrazó.
-No entiendo nada. ¿Por qué esos vampiros quieren matarme?
-No quieren matarte, quieren transformarte en uno de ellos.
-¿Por qué?
-Vayamos al coche; allí te lo contaré todo.
Y pensar que yo planeaba una historia corta... Me está quedando un poco larga ya xdd
Mañana la tercera parte ;)
Y esa será la última.
me encantaaaaaaaaa!!!!!!
ResponderEliminarme has enganchado!
como con todas tus historias! esta es fantastica!
sigue pronto porfavor!
un beso
Angi
jajaja, otra vez lo conseguiste...
ResponderEliminarquiero saber que pasara xD
Hola! al igual que ayer, te quedo magnífico, esta muy bueno.
ResponderEliminarExcelente en cuanto a mi apreciación, sigue con la otra y muchas más.
Ah y gracias por pasarte por mi blog!
Muy interesante :) Francisco es un sol con ella.
ResponderEliminarSaludos :)
Lunaaaaaaaaa me estás convirtiendo en un vampirooooooo quiero beberme el finalllllllll...
ResponderEliminarEl amor que protege es de los más fuertes.
Besos.
UMMM! ¿por que querran convertirla en vampiro? ellas es portadora de algún secreto que desconoce???? Esperaremos a mañana para saber más! Besos.
ResponderEliminar¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡NO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminar¿Por qué lo cortas en la mejor parte? Maldita, te detesto... ja, ja, ja... ahora me dejas con la intriga... ¿por qué? Y ¿si te choca un camión y no puedes terminarla? ¿Si se te cae un pedazo del techo y te deja cuadripléjica? No seas mala... Ja, ja... en fin, me guste, me gusta... no lo abandones. Au revoir.
Está bien, un poco abrupto todo pero es natural. Pobre Ariadna, debe de doler pensar que tu amado finge quererte por poder llevar a cabo una misión. Suerte que no es el caso.
ResponderEliminarAhora a por la tercera parte!
Omega