Me miró con esos oscuros ojos marrones que tanto me hacían enloquecer; me dedicó una mirada de deseo; sabía que él pedía más que esa simple aunque no aburrida conversación (no aburrida porque estaba hablando con él, claro). Miraba mis labios con insistencia mientras yo hablaba, y no podía evitar ponerme nerviosa. No sabía ni si me estaba escuchando, realmente; pero tampoco sabía con exactitud de qué estaba hablando yo misma. Como pude terminé la frase que estaba diciendo y callé. Él continuaba sin decir nada, todavía estaba concentrado en algo que no eran mis palabras.
-¿Jorge?
Balanceé la mano delante de sus ojos para ver si reaccionaba, y al fin volvió al mundo terrenal.
-Sí, perdón. ¿Qué decías?
-¿Te pasa algo?
-N-no - dijo, intentando aparentar seguridad.
La verdad es que no sé de dónde salió ese arrebato de valentía, pero le puse una mano en la mejilla.
-No me estabas escuchando, ¿verdad?
Se lo dije con un tono tan suave que casi pareció maternal.
-Lo siento.
-Oye, no te disculpes. Estabas distraído. Lo sé.
-Es que tengo que decirte una cosa.
-Desembucha.
Esta vez fue él el que me cogió el rostro con las manos.
-Me gustas. Y por eso no puedo concentrarme en lo que me dices, porque me distraigo mirando... tus labios.
Puede ser que me lo esperara en lo más profundo de mi alma, pero aún así me sorprendió su sinceridad. De seguro que me sonrojé; soy muy vergonzosa.
Soltó mi cara, pero yo le cogí las manos y volví a ponerlas en el lugar donde habían estado.
-Tú también me gustas - le dije.
-¿En serio? ¿No lo dices por pena?
-Claro que no lo digo por pena.
Los dos sonreímos. Me encantó la sensación que tuve mientras veía que Jorge se acercaba a mí; esas mariposas en el estómago. El beso fue largo y dulce, con esos suaves y tiernos labios que me derretían. Fue digno de ser recordado el resto de mis días...
-¿Jorge?
Balanceé la mano delante de sus ojos para ver si reaccionaba, y al fin volvió al mundo terrenal.
-Sí, perdón. ¿Qué decías?
-¿Te pasa algo?
-N-no - dijo, intentando aparentar seguridad.
La verdad es que no sé de dónde salió ese arrebato de valentía, pero le puse una mano en la mejilla.
-No me estabas escuchando, ¿verdad?
Se lo dije con un tono tan suave que casi pareció maternal.
-Lo siento.
-Oye, no te disculpes. Estabas distraído. Lo sé.
-Es que tengo que decirte una cosa.
-Desembucha.
Esta vez fue él el que me cogió el rostro con las manos.
-Me gustas. Y por eso no puedo concentrarme en lo que me dices, porque me distraigo mirando... tus labios.
Puede ser que me lo esperara en lo más profundo de mi alma, pero aún así me sorprendió su sinceridad. De seguro que me sonrojé; soy muy vergonzosa.
Soltó mi cara, pero yo le cogí las manos y volví a ponerlas en el lugar donde habían estado.
-Tú también me gustas - le dije.
-¿En serio? ¿No lo dices por pena?
-Claro que no lo digo por pena.
Los dos sonreímos. Me encantó la sensación que tuve mientras veía que Jorge se acercaba a mí; esas mariposas en el estómago. El beso fue largo y dulce, con esos suaves y tiernos labios que me derretían. Fue digno de ser recordado el resto de mis días...
ooooo me encantaa!!! es tan real!!!!
ResponderEliminarviva el amorrr!!! es lo mejor que puede pasar en la vida y más cuando es correspondido, para eso ya si que no hay palabras!!!!
un beso enorme!
Angi
Hola! como siempre exclentes tus textos, tu fino y delicado romanticismo, sobre todo en el ultimo parrafo y frase: Fue digno de ser recordado el resto de mis días...
ResponderEliminarSaludos!
Me parece un relato genial, muy bien concretado y das importancia a los detalles importantes, no más. Así le das un toque simple pero muy real que me encanta :)
ResponderEliminarMe parece un relato genial, muy bien concretado y das importancia a los detalles importantes, no más. Así le das un toque simple pero muy real que me encanta :)
ResponderEliminarUy, se publicó dos veces el comentario =S
ResponderEliminarPerdóón.
Que impecable estilo tienes. felicidades. Me pregunto, después del beso vienieron las palabras, ¿entonces habrá puesto atención? Quizás uno deba de fijarse por igual en los lindos labios y en las palabras que de ellos emanan, pero también es cierto que a veces las palabras sobran.
ResponderEliminarDespues del beso viene el vuelo.¿ Seguiremos con la segunda parte del relato?, ¿será que se puede contar?
ResponderEliminarbesos,
Creo que es mejor dejar el relato tal y como está, sin segundas partes; así sucederá lo que el lector se imagine; os dejo el honor de imaginároslo.
ResponderEliminarPD_muchas gracias por los comentarios :)
Un abrazo.
Muy tierno, ya se te echaba de menos, besos
ResponderEliminarEs tan dulce recordar el primer beso y esa sensación de hormigueo que te recorre el estómago cuando le besas por primera vez, me ha encantado, me gusta como te centras en narrar lo importante dejando fuera lo demás como dice nine_life´s. Saludos wapa ;P
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