domingo, 17 de mayo de 2009

La luz invisible (Parte VIII)

Cuando Carol entró en el piso vio que Sergio estaba de pie mirando los pósters que tenían colgados en la pared del comedor. Sonrieron los dos. Era tan... ¡irresistible!
Las dos amigas pusieron la compra en su lugar, y Nat se fue a su habitación. Carol la siguió.
-¿Por qué no te gusta Marcos? - dijo casi con un susurro.
-¿Tienes miedo de que te oiga? - rió, pero contestó su pregunta ya más seria - No sé... Hay algo que me dice que no es de fiar. ¿Te hace tilín? - dijo, casi gritando.
-Shhh!
Carol no tenía miedo de que Marcos la oyera, evidentemente, sino de que lo hiciese Sergio.
-¿Sí o no?
-Un poco...
-Pues no sé, chica. Tal vez me equivoque... Dicen que la intuición femenina no es 100% fiable. Si tienes que quedar con él, que sea en un lugar público y a la luz del día. Almenos las primeras veces.
-Sí, mamá.
Las dos rieron, aunque Natalia había lo había dicho en serio.
-Bueno, yo me voy. ¿Seguro que no quieres venir?
-Anda, vete antes de que te haga algo - le contestó Carol, abriéndole la puerta - ¡Pásatelo bien!
Natalia se fue, y Carol volvió a entrar en el piso y cerró la puerta. Sergio la miraba, y había temor en sus ojos.
-¿Qué pasa?
-¿A quién has conocido?
La chica se sonrojó al instante.
-¿No decías que teníamos intimidad?
-Te oí.
-Pues todavía peor.
-Puede ser importante.
-Para mí.
-Sólo intento protegerte.
-Sé cuidar de mí misma, gracias.
Carol pasó por su lado y se fue a su habitación, donde se encerró de un portazo.
Se arrepintió de inmediato, y volvió a salir. Encontró a Sergio en el mismo lugar de antes.
-Lo siento, Sergio. Es solo que... no estoy acostumbrada a esto. Todo el día vigilada por alguien, que sólo yo puedo ver, y...
-¿Y, qué?
Carol se pensó un rato lo que diría.
-Y que es un chico, que eres precisamente tú.
-¿Hay algún problema con que sea precisamente yo? - arqueó una ceja.
-No, no. Pero... yo...
Carol empezó a temblar, se le puso la carne de gallina y volvió a enrojecerse. Sergio continuaba mirándola, esperando una respuesta. Era tan mono...
-Pues que... eres... guapo.
Sergio rió, con esa magnífica sonrisa.
-Y yo nunca me habría imaginando protegiéndote precisamente a ti. Tímida, de baja autoestima, pero irresistiblemente deseosa de afecto.
Carol quedó petrificada, pero Sergio se acercó un paso hacia ella.
-¿Todo eso sabes sobre mí?
-Y muchas cosas más. Te pondría los pelos de punta.
Sergio cogió un mechón del pelo de ella y se lo puso detrás de la oreja, y, cogiéndole el rostro, fue acercándose más y más a ella.

5 comentarios:

  1. La cosa está muy interesante. ¿Habré acertado en mi último comentario? Ya lo veremos de la misma forma que si pasará algo que romperá este momento en que los has dejado juntitos.

    Sigue escribiendo igual de bien!!

    Omega

    ResponderEliminar
  2. ooooooo!!!!
    Me encantaa! me tienes enganchadita!!
    que pasra??? como les interrumpan me da un algo! XD
    escribes de maravilla!
    bss

    ResponderEliminar
  3. Me encanto el escrito, es muy bueno!
    Tienes un hermoso blog,
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  4. Anne! cuando termines los examenes y demas cosillas paste por la reina... tienes unos premios!!! besos y muchisimas suerte! ya me diras que tal te han salido!!

    ResponderEliminar
  5. esto me huele a buen rollito!!! jajaja

    ResponderEliminar

Os agradezco muchísimo que comentéis =D
Cada comentario vuestro es un incentivo para seguir escribiendo.

También me gustaría que criticáseis mis relatos (de forma constructiva), y que los valoráseis en las casillas que están al final de cada entrada.

Muchísimas gracias y un beso muy grande!!

PD_leeré todos los comentarios y me pasaré por vuestros blogs ;)